2. Ojalá almas puras.

Queridísimo y atento Mario:
Hace unas horas estaba sentada en el coche, mirando por la ventanilla. En vez de formar un videoclip en mi cabeza (con cualquier canción comercial que suene en la radio) como hago normalmente, me he detenido a reflexionar. No sé por qué este tema en concreto, no recuerdo como ha surgido, pero allá va:
Las personas no nacen malas. Si estás acostumbrado a tender la mano, para que te la cojan y luego te la devuelvan intacta, es normal que al cabo de los años sigas tendiendo la mano. Si a lo que estás acostumbrado es a que pisoteen esa mano, la metan en una trituradora y luego te la vuelven a dar, es lógico que al crecer decidas no tenderla para evitar más daños.
Por lo tanto, llego a la conclusión de que todos nacemos iguales, pero con el paso del tiempo, y de la vida, algunas almas se corrompen.
¿Estás de acuerdo conmigo? Siento molestarte con mis quebraderos de cabeza, las personas oyen y no escuchan. Mario, o me escuchas o exploto. De momento me conformo con que me leas.